La ciudad holandesa de Rotterdam, puede que vaya a ser la primera ciudad el mundo en tener carreteras hechas de plástico reciclado con residuos recuperados de los océanos.
Serían paneles o módulos huecos de plástico que irían acoplándose entre si y que podrían desmontarse según las necesidades. Básicamente funcionarían como piezas de legos. Lo que revolucionaría los sistemas viales actuales y agilizaría muchas de las tareas de mantenimiento y reparaciones.
Además el beneficio ecológico no solo se vería reflejado por el plástico reciclado que se utilizaría, sino que además al sustituir estos elementos al asfalto se reducirían también las emisiones de CO2, debido a que la creación y producción de asfalto supone millones de toneladas de emisiones de este gas. Se evitarían nada menos que un 85% de las emisiones de CO2.
También el plástico es un material más resistente, por lo que tendría una vida útil más larga que la del propio asfalto. Estas carreteras tendrían una mayor durabilidad que las tradicionales. E incluso llegado el fin de su vida útil el plástico podría volver a reciclarse.
Dentro de cada uno de estos bloques o ladrillos, habría espacio suficiente para crear las infraestructuras que sean necesarias según el caso, ya sean cables de electricidad, teléfono, agua o cualquier otro suministro.
Y hablamos de carreteras, pero en este tipo de construcción, a favor de la sostenibilidad y el futuro mejor, sus materiales y sistemas no solo serían adecuados para carreteras como tal, sino que también servirían para carriles bici, terrenos para festivales o incluso para el suelo de nuestras propias casas.
Pese a que el proyecto aun está en fase de desarrollo, de primeras parece una alternativa más que curiosa para nuestros pueblos y ciudades, además de un muy buen recurso contra las emisiones y efectos medioambientales negativos, que el ser humano aun no ha aprendido a controlar.